• Reflexionar
que principios e ideales queremos que tengan.
• Revisar los objetivos: Hay padres que centran
la educación, solo en los conocimientos y olvidan hacer de sus hijos personas
de criterio.
• En las
ideas no cabe la imposición, hay que hacerlos razonar.
• Hablarles
con voz suave. No con tono autoritario.
• Empezar
con pequeños pensamientos y acciones.
• Un padre
sensato sabe infundir confianza, para crear una autoestima sana.
Para ello debemos
explotar sus puntos fuertes.
• Es más
efectivo fijarse en el esfuerzo que en el resultado.
• Se puede
y se debe vivir la propia vida aceptándola como es.
• Lo mejor
es ser la persona que somos y procurar ser cada dia un poco mejores.
Todo
tiempo empleado en hablar con los hijos, es tiempo ganado;
…pero no es suficiente con hablar.
Los hijos
son testigos de la vida de los padres.
El
ejemplo es un elemento esencial, sobretodo ante las adversidades y el dolor;
unos se crispan, otros se refugian en la melancolia, pero:
LOS
GOLPES DE LA ADVERSIDAD
SON AMARGOS,
PERO NUNCA ESTERILES.
Los padres deben dar ejemplo de
serenidad.
Lo
importante es el MODO en que se
asumen los reveses de la vida.
Decía
Thomas Edison:
“El genio se compone de un uno porciento de inspiracion y un
noventa y nueve por ciento de transpiracion, sudor, trabajo”.
Los
padres solemos dar mas importancia a
educar la inteligencia, que educar la voluntad, lo cual es un error.
Es mejor
herencia una voluntad fuerte, que un monton de titulos y conocimientos.
Pero mejor son las dos cosas.
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