miércoles, 18 de noviembre de 2015

Si el niño puede, No lo hagas por él.

Consertir en exceso a los niños, es impedirles que adquieran las habilidades para hacer las cosas por sí mismos, los vuelve inútiles, dependiente y exigentes.


Es necesario permitirles, que exploren el mundo según su edad para que adquieran seguridad, madurez y empiecen a crear una cierta autonomía.





Darles la posibilidad de que las cosas que sí pueden hacer las hagan, como por ejemplo arreglar su ropa, poner o quitar la mesa ayudar a lavar los platos, les da el sentido de que "sí son capaces", los ayuda a pertenecer al grupo familiar, los hace sentirse útiles.




Muy Importante es que tengamos paciencia, pues seguramente al principio se equivocarán, no harán las cosas igual que nosotros ni tan rápido, pero ahí es donde viene la verdadera educación por parte de los padres;  permitir equivocarse ayudándoles a hacerlo mejor poco a poco, pero no hacerlo por ellos, y mucho menos gritarles o menospreciarlos con un trato despectivo por no hacerlo lo suficientemente bien.



Darles un reforzamiento positivo, es decir felicitarlos cuando han hecho bien su trabajo, para que se sientan orgullosos de sus logros, pero sin caer en el consentimiento excesivo de que "todo lo hacen maravillosamente" aunque no hagan prácticamente nada. 

Tratemos de buscar el término medio, y con ello que desarrollen creatividad e iniciativa.


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