Si no sabemos como manejar las emociones en
las relaciones interpersonales, acostumbran a terminar en situaciones de conflicto.
Las emociones son el termómetro de nuestra calidad de vida; nos indican cuando entrar en acción, retirarnos, atacar o eliminar un obstáculo.
Regular las emociones consiste en realizar esfuerzos para canalizarlas a fin de que el comportamiento sea lo más adaptativo posible a nuestro entorno.
El requisito para controlar las emociones y dominar el arte de las relaciones personales, consiste en desarrollar dos habilidades esenciales: El autocontrol y la empatía.
Las personas muy impulsivas tienden a tener bajos niveles de autocontrol; pero la conducta emocional se aprende como cualquier tipo de conducta y puede cambiarse.
Existen algunos elementos que facilitan el control emocional:
*Realizar actividad física, nos ayuda a sentirnos mejor física y mentalmente
*No llegar a estados de fatiga (cuando estamos muy cansados tenemos menos paciencia y menos buen humor)
*Aprender a relajarse; al eliminar tensiones estamos predispuestos a ser más aceptantes con los demás
*Alimentarse de forma balanceada (los alimentos están muy ligados a las emociones)
*Establecer metas realistas para no llegar a la frustración
*Tener pensamientos positivos (somos lo que pensamos y en consecuencia actuamos)
*Disfrutar del presente (no podemos vivir ni en el pasado ni en el futuro y si lo intentamos como no es posible, generan gran ansiedad)
*Evitar personas negativas (las ideas negativas y las constantes quejas nublan nuestro día)
*Desarrollar buen sentido del humor (nos ayuda sobretodo a enfrentar situaciones difíciles)
*Hacer actividades que nos entusiasmen (nos levanta el ánimo y eleva nuestro espíritu)
*Administrar adecuadamente el tiempo (todos contamos con 24 hrs al día, pero cada uno decide como utilizarlas, en que o con quien)
Hay que tomar en cuenta que Todas las
emociones son legítimas.
Y como somos seres emocionales, debemos reconocerlas y respetarlas en nosotros y en los demás, teniendo en cuenta que la sana convivencia nos impone límites al expresarlas para no lastimar a los demás, pero encontrando un adecuado equilibrio en que no las reprimamos y nos lastimen a nosotros mismos.
Y como somos seres emocionales, debemos reconocerlas y respetarlas en nosotros y en los demás, teniendo en cuenta que la sana convivencia nos impone límites al expresarlas para no lastimar a los demás, pero encontrando un adecuado equilibrio en que no las reprimamos y nos lastimen a nosotros mismos.
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